Esta es mi quinta cerveza, o la sexta, tal vez. Probablemente debería parar ya, el alcohol nunca ha sido un buen compañero. Quizás me haga volver a coger el teléfono para llamarte y volver a cagarla de nuevo. Volver a dar esos pasos a atrás, volver a abrir las heridas, tan frágiles y tan difíciles de curar...
Todo acabó. Punto. Final. End. Over.
Y todos esos consejos que les has dado a los demás, toca darles la vuelta. Revertirlos, dolorosamente. Volver a construirte después de destrozarte. Hacerte de nuevo, el mismo, pero diferente. El mismo, pero ya nunca igual.
Entre las notas de las canciones que suenan en el hilo musical, oigo a alguien reír. Es una risa nueva, viva, intensa. Una risa real, verdadera. Me giro hacia tu mesa y te veo, colocándote las gafas, con una camisa vaquera de botones y una sonrisa de esas de "porque sí". Sin querer, me tropiezo con tus ojos y algo tímida, me devuelves la mirada y vuelves a reírte.
No sé quién eres, pero si sé que eres tú. Que vas a ser tú. Tú.
Se me hace difícil a veces saber cuándo algo ha acabado, pero créeme, sé darme cuenta exactamente de cuándo algo está empezando.
¡Grandiosa entrada! ¡Grandiosa! ¡Que sensación más rara me ha dejado! ¡Me ha encantado!
ResponderEliminarAy, muchísimas gracias por tus palabras!! Me sorprende tanto que a alguien le guste lo que escribo :)
EliminarUn besazo amiga!!