domingo, 23 de marzo de 2014

Flipando con Zara, oiga.

Señor Amancio:

Ya sé que usted está en otros menesteres (nadando en billetes, por ejemplo), pero si tiene un ratito, échele un ojillo al equipo encargado del diseño de los zapatos de su nueva temporada de Zara porque… Telita, oiga, telita.

De vez en cuando me doy una vueltita por la web de su maravillosa tienda, y dejando aparte la ropa (que cada vez me gusta menos), la sección de zapatos es para quedarse con el culo torcío. Veamos unos ejemplos, que me vais a entender rápido…




Las zapatillas que han llevado toda la vida los guiris con calcetines blancos han vuelto… Vale, hasta ahí bien. Ahora les añadimos algún estampado vistoso como el de serpiente (madremíaquéhorror), o un toque metalizado y voilà… Ya te podemos clavar 50 euros y todavía creerás que vas a la moda.



Tal vez prefieras unas alpargatas de esparto… Vale, ¿qué tal si le ponemos unos pinchos y las hacemos hippie-punk?
¿ A nadie se le había ocurrido que quizás Frankestein quisiera un día vestirse de mujer y salir a darlo todo?



 Y lo que me terminó de matar… Los zapatos con la parte de atrás ya doblada, como las cholas de estar en casa que ya ni te agachas para ponértelas y se van quedando con el talón hecho polvo… Pues así. Y tan anchos que se han quedado. 





En serio, señor Amancio… Plantéeselo.

viernes, 7 de marzo de 2014

Reseña: La elegancia del erizo, de Muriel Barbery


Hace ya más de un mes que lo terminé, y se me había pasado por completo hacer la reseña… 

No voy a hablar de los personajes porque hay ya muchísima información sobre este libro por internet, muchas reseñas positivas hablando de lo bueno que es, de la historia, de lo que engancha… la gente dice maravillas sobre él y sin embargo, a mí me ha decepcionado bastante. 

Los personajes no me terminan de encajar, los capítulos van de forma desordenada de manera que me encontré perdida muchas veces a lo largo del libro. Los protagonistas a primera vista son interesantes, pero para mí, les falta consistencia y credibilidad… Conforme iba pasando el libro la cosa no se arreglaba, sólo a partir de la mitad aparece un nuevo personaje y lo mejora un poco, pero siguió sin conquistarme y lo terminé sólo por mi cabezonería, porque no llegó a engancharme del todo.

Buscando información sobre la autora he visto que es profesora de filosofía, y eso se nota mucho en la historia. A mí me encanta la filosofía, pero se hace extraño encontrarte capítulos enteros con reflexiones que no tienen tanto que ver con la historia y que te distraen un poco de los personajes y sus vidas.

Sacando lo bueno que me ha dado este libro, tiene una moraleja interesante que te deja pensando cuando lo acabas. Una lección sobre la fragilidad de la vida y lo efímero de ésta.

Para mí, una lectura compleja, lenta y que me pensaría mucho recomendar a alguien.