viernes, 12 de abril de 2013

Los sibaritas y el café

Según mi biblia, la RAE:

Y según la Wikipedia (cómo odio tener que citarla como fuente de información... he visto cosas in-des-crip-ti-bles publicadas), se llama "sibarita a una persona o grupo urbano de gustos refinados. La etimología de este término deriva de la ciudad italiana de Síbari, que en la antigüedad era famosa por la exquisitez de sus servicios . 

Históricamente sibarita era un habitante de la ciudad italiana de Sibaris famosa por su refinamiento. Se dice que una vez un habitante de Sibaris le dijo a otro griego que no había podido dormir porque un pétalo de rosa, de los miles que rellenaban su colchón, estaba doblado. Precisamente la destrucción de Sibaris tiene que ver con ese refinamiento: ellos presumían de que sus caballos de guerra bailaban al son de la música. Cuenta la leyenda que cuando entraron en guerra con Cronota, ésta contrató músicos que en plena batalla hicieron tocar sus instrumentos, por lo que los caballos de los sibaritas se pusieron a bailar y fueron fácil presa de sus enemigos, que destruyeron la ciudad. Desde entonces nunca volvió a existir como tal."

Después de esta aportación cultural, vamos al tema. 

Desde hace un tiempo, ese señor que vive conmigo y que dice que me quiere mucho y yo, nos hemos vuelto un poco sibaritas (también llamados gourmet y más comúnmente conocidos como "pijitos") en el tema del café. Hemos probado un montón de marcas, y no encontrábamos uno que realmente nos gustara... Lo dicho, unos pijos, vaya. Lo mismo que no entiendo absolutamente nada de vino más allá del lambrusco, y lo siento por los sumillers, bodegas y demás parafernalia relacionada con el mundo vino, pero lo diré sin miramientos: No me gusta el vino. Nazin de nazin, oiga. Recuerdo que una vez bebí un albariño y mira, oye, en un momento dado podría beber una copa... pero ya.

Al lío, Isa, que te vas.

Siguiendo con el tema del café, un día encontramos una tienda pequeñita en el Mercado de África (si no vives en Tenerife poco te va a servir esta información, pero ahí queda), donde venden cafés de todo el mundo.... Welcome to paradise!!





Hicimos lo mejor que pude hacer uno cuando llega a un lugar y no entiende ná de ná: dejarse asesorar. Después de comentar lo que buscábamos, nos llevamos 100 gramos de un café para probarlo y nos encantó. Tanto fue, que ayer volvimos a por otros otros dos cafés diferentes para seguir catando... Y en la búsqueda del café perfecto seguimos... pero encantados, eh? :)



¿Hay algún sibarita más por ahí?? ¿Soy la única? ;)

1 comentario:

  1. ¡No! ¡No es usted la única! ¡Lo confieso... adicta al café! ¡Adicta al café bueno! ¡Quiera esa tienda en Grenboleeeeeeeeeeeeeeeeeeeee! ¡Que envidiaaaaaaaaaaa!

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